Sinestesia: la facultad de intercambiar los sentidos

Imagina
poder oír los colores de El jardín de las
delicias (El Bosco, 1480-1490), sentir el sabor de las palabras del poema Los amorosos de Jaime Sabines, o palpar la esperanzadora composición Imagine del beatle John Lennon.
Los
sentidos nos permiten percibir nuestro entorno y relacionarnos con éste de
manera segura. Tradicionalmente, se sabe que el ser humano posee cinco sentidos
(tacto, audición, olfato, vista y gusto), los cuales, de forma independiente,
nos mantienen alerta de nuestro alrededor. Pero ¿por qué algunas personas
pueden sentir el sabor de un color o sentir “rugosa” una melodía?



Ejemplos
célebres de sinestesia abundan, tal es el caso del pintor Vasily Kandinsky
quien vivía una intensa experiencia sinestésica cromática o Beethoven que, a
pesar de su sordera, pudo realizar sus tan afamadas composiciones gracias a que
veía las notas musicales. Este don no sólo es privilegio de personajes ilustres
de la historia, algunas mujeres afirman que durante el orgasmo experimentan la
visión y el sabor de colores que cambian según la intensidad de sus emociones.
Con un
poco de atención a nuestros sentidos es posible que salga a la luz este
particular universo sinestésico, sólo basta con preguntarse ¿de qué color ves
tu nombre o a qué te sabe tu canción favorita?
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