Conoce las ventajas de dialogar contigo mismo
Seguro
te ha pasado que antes de salir de casa no encuentras las llaves, el celular,
el bolso o la billetera. Inicias una búsqueda desesperada porque el tiempo lo
tienes encima. Recorres rápidamente con la mirada, mueves unas cuantas cosas,
hasta empiezas a nombrar repetidamente al objeto de tu aflicción como si fuera
un llamado. De repente, descubres que está debajo de un cojín o recuerdas que
está sobre el refrigerador.
Nunca
imaginarías que nombrarlo en voz alta aumentó tu eficiencia y velocidad de
búsqueda y es que, según estudios realizados por las universidades de Wisconsin
y Pennsylvania, hablar con uno mismo mejora el proceso de búsqueda visual. Esto significa que si escuchamos la
palabra “libro”, nuestro sistema visual se volverá más sensible y detectará con
mayor facilidad los libros que se encuentren a nuestro alrededor.
Esta
habla auto dirigida es común observarla en los niños cuando realizan alguna
tarea que se les complique tal como es amarrarse las agujetas o resolver
operaciones matemáticas. El soliloquio tiene la útil función de guiar nuestra
conducta, y en el caso de los niños, esta práctica forma parte del desarrollo
cognitivo que permite vincular los pensamientos con las acciones.
En los
años 50 casi cualquier cosa era relacionada con trastornos mentales, y el
soliloquio no fue la excepción. Fueron en estas épocas cuando surgió la mala
concepción del diálogo personal, lo que llevó a que su práctica fuera mal vista
y considerada un tabú. Sin embargo, los tiempos cambian e investigaciones nos
indican que hablar con uno mismo nos beneficia y es una sana costumbre que debe
de continuar.
Quién no
ha tratado de memorizar un número telefónico o la lista de las compras del supermercado
repitiendo en voz alta constantemente cada unos de los elementos. Estudios
advierten que hablar con uno mismo nos ayuda a almacenar información nueva,
esto indica que el lenguaje, además de ser una herramienta para la
comunicación, mejora los procesos cognitivos.
Por otro
lado, nadie nos entiende mejor que nosotros mismos. Hablar solos nos ayuda a
aterrizar nuestras ideas, organizarlas y plantearnos un objetivo, desahogar sentimientos y emociones. De
ninguna forma es un síntoma de soledad, simplemente es exteriorizar lo que
traemos dentro y que probablemente no nos atreveríamos a expresar a alguien
más.
Los
expertos en salud mental afirman que el soliloquio puede ser frecuente en
personas con personalidad extrovertida debido a la necesidad de estimulación
sensorial, y de esa forma llegan a un equilibrio personal. Mientras tanto,
aquellos con personalidad introvertida tienden a buscar el silencio y realizar sus reflexiones internamente.
Personalidades
como Albert Einstein y Woody Allen, son conocidos no sólo por su aporte al
mundo con su talento y genialidad, sino por poseer una personalidad peculiar
donde el hablar consigo mismo era y aún es (para Allen) parte de su proceso
creativo.
Un viejo
chiste dice que hablar solo es la única forma de asegurar una conversación
inteligente, así que no hay que asustarse si nos sorprendemos en una
conversación cerrada frente al espejo o cuestionándonos sobre cierto asunto
mientras lavamos los platos o estacionamos el coche.
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