miércoles, 23 de octubre de 2013

Mujer ¿Qué tan alfa eres?


La maja desnuda. Francisco de Goya. 1790-1800
Por: Acuaria Fischer

En el reino animal, todos los mamíferos se distinguen por ser criaturas que interactúan entre sí. La sociedad humana no es la excepción. De manera natural, nos manejamos por líderes o alfas, que no es otra cosa que una estructura que la naturaleza decidió para ordenar las relaciones y garantizar la sobrevivencia de la especie.

Antes de definir si eres una mujer alfa o no, aquí una breve explicación sobre quién es cada uno y cómo funciona en la naturaleza, tan parecida a la naturaleza urbana:


Alfa: El que guía y protege. Entre los animales suele ser el más fuerte y poderoso. El único que tiene derecho a aparearse, así como a comer primero. En la sociedad humana es quien manda, provee y decide cómo deben organizarse los deberes. Es el de la oficina aparte.


Beta: Es el individuo seguidor, el que espera el segundo turno para alimentarse. El beta tiene la oportunidad de rebelarse. Es su decisión mantenerse como seguidor o reclamar una escala más alta, aunque el costo es riesgoso, si no logra ganar, puede perder la vida en el intento.


Omega: Este es el individuo que ni siquiera puede ser beta. Está condenado a obedecer y no reproducirse. Comerá siempre las sobras ya no del alfa, sino del beta. Es el seguidor de seguidores.


Gama: Son pocos los que existen. Es el que decide aislarse por voluntad propia del grupo y ser un solitario. En ocasiones, forma su propio clan con betas que fueron expulsados o con alfas destronados. Tiene la capacidad para ser lo que sea. Por lo regular, prefiere ser un ermitaño.


La hembra alfa, término acuñado por Marian Zalzman, estratega de comunicación, dio el “concepto” gracias al nuevo prototipo de mujer que decide no quedarse detrás de su hombre.

Una alfa es aquella fémina libre, independiente emocional y económicamente, que gusta cuidar su apariencia, tomadora de las decisiones importantes en su hogar y trabajo y, por si fuera poco, es proveedora.


Desde antes de que este concepto surgiera (1980), siempre ha habido mujeres líderes, pero permanecían en la sombra o su trabajo no era mencionado, ahora, con la igualdad de géneros, esta mujer es cada vez más común de encontrar, al grado que desbancan a algunos machos alfas en el área laboral y doméstica. Si no, fíjate, las mujeres de hoy, que son madres solteras, no necesitan un varón para que provea por ella y sus hijos y no lamentan la pérdida del hombre ausente.


Otro aspecto importante de estas hembras y que psicólogos y gurús de las relaciones recomiendan a las betas imitar es que, una hembra alfa:

No siempre está disponible. Si le gusta un chico y la invita a salir en un horario donde ella ya tiene planes, no los cancelará. Agendará una cita para cuando ella tenga tiempo.

Suele tomar la iniciativa. No se andan con rodeos. Les aburre esperar y tienen mejores cosas qué hacer que entrar en el jueguito del estira y afloja. Le hace ver al hombre, desde el principio, que ella marcará las pautas sobre cómo debe ser tratada.


·  Disfruta su sexualidad. No suele sentirse atraída por el común de los ejemplares masculinos y peor cuando caen en el básico protocolo de conquistas. Los “regalitos” no les llaman la atención. Recuerda que ella puede darse esos regalitos cuando quiera.


·  Es segura de sí misma. Los celos no ocupan su mente y en caso de que le gane la emoción, saben cómo liberarse del drama.

   Autocontrol. No persigue o acosa a su chico. Sabe quién es ella y si él no la valora, ya habrá alguien que sí.


·   Le gusta arreglarse y ser admirada por su buen gusto, aunque no es sensible a criticas.


·   Ama su espacio y al igual que su colega, el macho alfa, protege su territorio.


·   Sabe cuándo ser emotiva y cuándo no.


Estas características hablan de una mujer que está al tanto de sus emociones y no teme decir “no”. Sabe que su lugar en la vida es elegir y no ser elegida.

Las betas, por el contrario, son dependientes mental y económicamente de un hombre. Por su inseguridad, creen que tienen que soportarlo todo para que él se quede a su lado. Incluso ser madre sin desearlo.

Es cierto que sentirse querida es un tema que a todas interesa y caemos en esa parte tormentosa llamada “complacencia”, que, aunque no nos guste admitir, como beta se disfruta del rol de víctima.

Muchas mujeres alfas pensaron que eran betas, hasta que las circunstancias las obligaron a salir adelante. El secreto, tomar las riendas de tu vida. Nadie merece depender de nadie.


Nota: Las presentes imágenes se obtuvieron de la red. Si el autor de algunas de éstas fotografías está en desacuerdo con el uso que provee en el blog, favor de anunciar su petición para ser removidas de inmediato. Enviar solicitud a melissa.limon@interpress.com.mx

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