Por: Violeta Ese
Todos hemos sido testigos de
una infidelidad y, en ocasiones, nosotros mismos hemos sido partícipes del
“cuerno”. Aunque lo socialmente
propio sería mantener una sola pareja por el resto de nuestras vidas, siempre
habrá personas que nos harán cambiar de opinión de tan sólo verlas.
La monogamia ha estado
presente desde tiempos ancestrales. Investigaciones sugieren que esta
exclusividad sexual-afectiva se originó a partir de la agricultura. El ser
humano, al volverse sedentario, tuvo la necesidad de heredar los bienes materiales
adquiridos, por lo que la monogamia garantizaba la descendencia del poseedor de
dichos bienes.
Tan sólo el 3% de los
animales son monógamos, porcentaje en el cual figuran los loros, los pingüinos,
cisnes y las águilas, ¿no te parece curioso que son sólo aves? El ser humano, cuya
definición científica es Homo sapiens
(hombre sabio) y pertenece a la clase mamífera, no forma parte de esta lista de
seres cuya naturaleza indica que deben de cohabitar toda su vida con una sola
pareja, sin embargo, es una práctica que exigen las pautas morales de la
sociedad occidental e incluso existen castigos sociales para aquellos
aventureros que quisieron explorar otros territorios.
No por nada Sigmund Freud
alguna vez dijo; “todos somos polígamos reprimidos”, y es que no hay evidencia
biológica que indique que el ser humano sea monógamo por naturaleza, al contrario,
investigaciones realizadas por Justin R. García, Universidad de Binghamton,
indican que las “aventuras amorosas” tienen su origen en el gen DRD4 y su
vinculación con la dopamina, la cual genera una sensación de placer y
recompensa al compartir nuestro cuerpo con diferentes parejas.
Aunque nuestra naturaleza
nos arrastra hacia el intercambio de fluidos con múltiples parejas, siempre
habrá una sociedad que lo repruebe. Una buena regla de oro será que
nuestra conquista esté consciente de nuestro “corazón de condominio” y que
cualquier relación sexual, ya sea en modalidad casual o amigos con derechos, debe de haber el respeto y el consentimiento
de ambas partes.
Nota: Las presentes imágenes se obtuvieron de la red. Si el autor de
algunas de éstas fotografías está en desacuerdo con el uso que provee en el
blog, favor de anunciar su petición para ser removidas de inmediato. Enviar solicitud
a melissa.limon@interpress.com.mx
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