La maja desnuda. Francisco de Goya. 1790-1800 |
Por: Acuaria Fischer
En
el reino animal, todos los mamíferos se distinguen por ser criaturas que
interactúan entre sí. La sociedad humana no es la excepción. De manera natural,
nos manejamos por líderes o alfas, que no es otra cosa que una estructura que
la naturaleza decidió para ordenar las relaciones y garantizar la sobrevivencia
de la especie.
Antes
de definir si eres una mujer alfa o no, aquí una breve explicación sobre quién
es cada uno y cómo funciona en la naturaleza, tan parecida a la naturaleza
urbana:
Alfa:
El que guía y protege. Entre los animales suele ser el más fuerte y poderoso. El
único que tiene derecho a aparearse, así como a comer primero. En la sociedad humana
es quien manda, provee y decide cómo deben organizarse los deberes. Es el de la
oficina aparte.
Beta:
Es el individuo seguidor, el que espera el segundo turno para alimentarse. El
beta tiene la oportunidad de rebelarse. Es su decisión mantenerse como seguidor
o reclamar una escala más alta, aunque el costo es riesgoso, si no logra ganar,
puede perder la vida en el intento.
Omega:
Este es el individuo que ni siquiera puede ser beta. Está condenado a obedecer
y no reproducirse. Comerá siempre las sobras ya no del alfa, sino del beta. Es
el seguidor de seguidores.
Gama:
Son pocos los que existen. Es el que decide aislarse por voluntad propia del
grupo y ser un solitario. En ocasiones, forma su propio clan con betas que
fueron expulsados o con alfas destronados. Tiene la capacidad para ser lo que
sea. Por lo regular, prefiere ser un ermitaño.
La
hembra alfa, término acuñado por Marian Zalzman, estratega de comunicación, dio
el “concepto” gracias al nuevo prototipo de mujer que decide no quedarse detrás
de su hombre.
Una
alfa es aquella fémina libre, independiente emocional y económicamente, que gusta
cuidar su apariencia, tomadora de las decisiones importantes en su hogar y
trabajo y, por si fuera poco, es proveedora.
Desde
antes de que este concepto surgiera (1980), siempre ha habido mujeres líderes,
pero permanecían en la sombra o su trabajo no era mencionado, ahora, con la
igualdad de géneros, esta mujer es cada vez más común de encontrar, al grado
que desbancan a algunos machos alfas en el área laboral y doméstica. Si no,
fíjate, las mujeres de hoy, que son madres solteras, no necesitan un varón para
que provea por ella y sus hijos y no lamentan la pérdida del hombre ausente.
Otro
aspecto importante de estas hembras y que psicólogos y gurús de las relaciones
recomiendan a las betas imitar es que, una hembra alfa:
No siempre está disponible. Si le gusta un chico y la invita a salir en un horario donde ella ya tiene planes, no los cancelará. Agendará una cita para cuando ella tenga tiempo.
Suele tomar la iniciativa. No se andan con rodeos. Les aburre esperar y tienen mejores cosas qué hacer que entrar en el jueguito del estira y afloja. Le hace ver al hombre, desde el principio, que ella marcará las pautas sobre cómo debe ser tratada.
No siempre está disponible. Si le gusta un chico y la invita a salir en un horario donde ella ya tiene planes, no los cancelará. Agendará una cita para cuando ella tenga tiempo.
Suele tomar la iniciativa. No se andan con rodeos. Les aburre esperar y tienen mejores cosas qué hacer que entrar en el jueguito del estira y afloja. Le hace ver al hombre, desde el principio, que ella marcará las pautas sobre cómo debe ser tratada.
· Disfruta
su sexualidad. No
suele sentirse atraída por el común de los ejemplares masculinos y peor cuando caen en el básico protocolo de conquistas. Los “regalitos” no les llaman
la atención. Recuerda que ella puede darse esos regalitos cuando quiera.
· Es
segura de sí misma. Los celos no ocupan su mente y en caso de que le gane la
emoción, saben cómo liberarse del drama.
Autocontrol. No persigue o acosa a su chico. Sabe quién es ella y si él no la valora, ya habrá alguien que sí.
Autocontrol. No persigue o acosa a su chico. Sabe quién es ella y si él no la valora, ya habrá alguien que sí.
· Le
gusta arreglarse y ser admirada por su buen gusto, aunque no es sensible a
criticas.
· Ama
su espacio y al igual que su colega, el macho alfa, protege su territorio.
· Sabe
cuándo ser emotiva y cuándo no.
Estas
características hablan de una mujer que está al tanto de sus emociones y no
teme decir “no”. Sabe que su lugar en la vida es elegir y no ser elegida.
Las
betas, por el contrario, son dependientes mental y económicamente de un
hombre. Por su inseguridad, creen que tienen que soportarlo todo para que él
se quede a su lado. Incluso ser madre sin desearlo.
Es
cierto que sentirse querida es un tema que a todas interesa y caemos en esa parte tormentosa llamada
“complacencia”, que, aunque no nos guste admitir, como beta se disfruta del rol de
víctima.
Muchas
mujeres alfas pensaron que eran betas, hasta que las circunstancias las
obligaron a salir adelante. El secreto, tomar las riendas de tu vida. Nadie
merece depender de nadie.
Nota:
Las presentes imágenes se obtuvieron de la red. Si el autor de algunas de éstas
fotografías está en desacuerdo con el uso que provee en el blog, favor de
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melissa.limon@interpress.com.mx