miércoles, 12 de febrero de 2014

Amor pagano

Por: Violeta Ese

El diccionario de la Real Academia Española define al amor como el sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Para todos aquellos enamorados, esta definición por seguro se queda corta en comparación con el sentimiento que los desborda. 

La realidad es que, definitivamente, no hay palabra acertada para poder definir dicho sentimiento, por lo que acudimos al popular refrán “una acción vale más que mil palabras”. Mostrar amor a la otra persona no sólo es decirle “te amo” cada mañana, sino demostrarlo con una serie de acciones que ayuden a mantener la flama encendida. 

No hay cumpleaños o aniversario que desmerite la satisfacción de celebrar con la pareja el 14 de febrero, el Día de San Valentín, fecha en la que la gente se congrega para gritar al mundo que aman y que son amados, en la que cualquier cursilería (seas hombre o mujer) es admitida sin prejuicio y en la que todo parece infinito, aunque la realidad sea diferente.

Sin embargo, más allá de llevar a cenar a la novia del momento, el 14 de febrero tiene en su trasfondo mágico un evento trágico que, con el paso del tiempo, su aniversario se convirtió en el día en que festejamos (principalmente en los países de fe cristiana) el amor y romanticismo.

Aunque ampliamente discutido, la tradición oral cuenta que San Valentín existió en la época de la antigua Roma durante el reinado de Marcus Aurelius Valerius Claudius Augustus, mejor conocido como Claudio II Gótico. Debido a la experiencia adquirida durante su reconocida carrera militar, Claudio II Gótico decidió prohibir el matrimonio a los jóvenes soldados con el objetivo de que se enfocaran en su servicio sin distraerse de los menesteres que generalmente conlleva tener una familia.

Valentín fue un sacerdote que decidió casar en secreto a aquellos jóvenes enamorados a pesar del decreto de Claudio II Gótico. Cuando el Emperador se enteró de las actividades “ilícitas” que realizaba el sacerdote Valentín, inmediatamente mandó a encarcelarle hasta que murió ejecutado el 14 de febrero de 270 d.C.

Otras versiones agregan a esta leyenda que el sacerdote Valentín, durante su encarcelamiento, se enamoró perdidamente de la hija de uno de sus carceleros  y solía enviarle cartas de amor firmando “de tu Valentín”. Aparentemente, de ahí surge la tradición de enviar cartas de amor cada 14 de febrero.

Los datos más antiguos sobre la existencia de San Valentín datan de finales del siglo V, cuando el papa Gelasio I nombra a San Valentín el patrono de los enamorados con fecha de celebración el 14 de febrero. Sin embargo, el Vaticano dejó de celebrar esta festividad en 1969 debido a la dudosa existencia del rock star de santos y mártires de la fe católica, San Valentín. 

Y como cada una de las festividades que tenemos marcadas en nuestro calendario, ya era de esperarse que surgiera la idea de que el Día del Amor y la Amistad tuviera como origen algún ritual pagano de alguna parte del mundo.
Evandro, el rey de los arcadios e hijo de Mercurio y Carmenta, instauró las fiestas lupercales el 15 de febrero en conmemoración a Fauno Luperco, semidiós de los rebaños y quien se convirtió en loba para alimentar a Rómulo y Remo en la gruta de Luperca.

Se creía que, durante estas fiestas, las mujeres se volvían más fértiles, lo cual era asociado al color morado. Años más tarde, las prostitutas utilizarían este color para identificarse, e incluso se cree que Elena de Troya usó un vestido púrpura para ofender a Menelao. En tiempos más actuales, el morado representa el feminismo.

Como era de esperarse, la Iglesia censuró las fiestas lupercales y en su lugar colocó la celebración del Día de de San Valentín, el santo que nunca existió como ser mortal cuya leyenda fue creada a partir de tres mártires llamados Valentín.

Real o fantasía, solos o acompañados, el amor siempre representará un motivo de celebración que rompe las barreras de las 24 horas: el 14 de febrero.

  Nota: Las presentes imágenes se obtuvieron de la red. Si el autor de algunas de éstas fotografías está en desacuerdo con el uso que provee en el blog, favor de anunciar su petición para ser removidas de inmediato. Enviar solicitud a melissa.limon@interpress.com.mx

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