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¿Alguna
vez te has despertado a mitad de la noche con el cuerpo paralizado? Intentas
exclamar una señal de auxilio, pero emitir sonido alguno se torna imposible; te
invade la ansiedad seguida de la desesperación, la respiración es lenta y el
pecho parece estar siendo oprimido, como si una fuerza superior te controlara.
Al
llegar al trabajo, narras a tus colegas tu agonía nocturna de sentir que se te
sube el muerto e intentas explicar todas las sensaciones y sentimientos
experimentados. Entras en comunión con quien ya lo ha vivido, mientras que los
demás escuchan con escepticismo o sorpresa lo que parece ser una experiencia
paranormal.
Algunos
cuentan que, en el lapso de la crisis, llegan a ver una sombra sobre su cuerpo,
una especie de aura negra o la energía de un espíritu que ha invadido y
paralizado al templo humano.
Los
de mente racional argumentan que es solamente un mito y que esta sensación es
el efecto provocado por la posición en que se encuentra el cuerpo cuando se
está dormido, e inclusive hay quienes aseguran que es el resultado de dormir
con las manos sobre el pecho y oprimir el corazón, lo que dificulta la
circulación de la sangre. Por otro lado, los de mente intuitiva defienden con
uñas y dientes que una fuerza paranormal se acercó demasiado a ellos, muchas
veces lo relacionan con algún reciente fallecimiento o un espíritu que no ha
podido descansar y se encuentra aún en el plano terrenal.
Sin
desestimar la creencia colectiva, es necesario prestar más atención a la frecuencia
de este tipo de episodios porque, de presentarse de dos o tres veces por
semana, lo puedes estar confundiendo con una afectación patológica llamada Parálisis del sueño.
Cuando
dormimos, experimentamos dos tipos de sueño: el no REM que es un periodo de relajación y el REM (Rapid Eye Movement, “movimiento rápido de ojos), periodo en que se producen los sueños. La
conjunción de ambos se denomina ciclo del
sueño.
Durante
el periodo REM, nuestro cerebro pasa por cuatro fases. En la primera, el sueño es
ligero y podemos percibir ruidos y movimientos, también se producen imágenes
extrañas o fantásticas, por lo que hay un leve movimiento ocular. El sueño es
más profundo en la segunda fase, pero se tiene la capacidad de despertar
fácilmente y no se presenta movimiento ocular al igual que la tercera fase,
donde el sueño es más profundo y hay una elevada amplitud de actividad delta en
el cerebro. Es hasta la fase cuatro que el sueño es profundo y es difícil
despertar.
En
el estado REM se producen los sueños, hay mucha actividad ocular y desaparición
del tono muscular. El cerebro está activo pero el cuerpo está inmovilizado, ya
que el tronco muscular bloquea las neuronas motrices. Esto evita que tu cuerpo
realice todos los movimientos que en el sueño estás realizando y los reduce a
pequeños espasmos. Por ejemplo, si estás soñando que corres por un valle, la
inmovilización producida por el estado REM evitará que te levantes de tu cama y
corras hasta estamparte con algún muro de tu casa.
Es
en este estado que se produce la parálisis del sueño. El cerebro tiene alta
actividad cerebral y percibe una gran cantidad de información del entorno donde
nos encontramos dando la impresión de que estamos despiertos, pero con el
efecto inmovilizante en el cuerpo.
Hay
hábitos que debemos tomar en cuenta para tener un buen ciclo del sueño y evitar
este tipo de sucesos, entre ellos, tener horarios fijos de descanso, cenar
ligero, no abusar del cigarro, alcohol y drogas además de mantener un peso
adecuado.
La
recomendación de los profesionales de la salud para salir de un episodio de
parálisis del sueño es cerrar los ojos, relajarse, evitar entrar en crisis y
concentrar los pensamientos en mover una parte de cuerpo. Cada fase tiene una
duración específica, así que no te preocupes, tarde o temprano “el muerto”
saldrá de ti.
Nota: Las presentes imágenes se obtuvieron de la
red. Si el autor de algunas de éstas fotografías está en desacuerdo con el uso
que provee en el blog, favor de anunciar su petición para ser removidas de inmediato.
Enviar solicitud a melissa.limon@interpress.mx
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