Por: Violeta Ese
Nunca falta la persona que nos hace preguntarnos seriamente si es
hombre o mujer. Dependiendo de la cercanía y cuando el nombre no es de mucha
referencia, tratamos de encontrar rasgos que nos puedan ayudar a identificar su
género. Su aspecto es singular, ya que es la mezcla de lo que conocemos como
una apariencia masculina y femenina; para algunos, ver ambos géneros en un solo
cuerpo puede llevar a una confusión en la cual el observador desconoce la
manera en la que debe de interactuar con ese ser ambiguo.
Se le denomina “andrógino” a la persona cuyos
rasgos externos no corresponden definidamente al género masculino o al
femenino. Esta cualidad no siempre está relacionada con el hermafroditismo,
dicho de la condición biológica en la cual la persona tiene tejido ovárico y
testicular.
Una persona andrógina caminando en la calle puede
llegar a atraer un par de miradas desconcertadas. Sin embargo, su recurrencia
en el mundo del cine, la música y la moda nos parece normal y hasta marca
“tendencia”. Ejemplos famosos de androginia sobran, tal es el caso de Brian
Molko, líder de la banda de rock Placebo,
cuya apariencia andrógina dio un plus característico al grupo. Bill Kaulitz, del
grupo pop-rock Tokio Hotel, podría
confundir a cualquiera ya que su aspecto andrógino le permite estar a un par de
accesorios de ser un joven rockero a una hermosa chica. Los pómulos marcados y
los grandes ojos verdes de Tilda Swinton son clave para su apariencia ambigua,
la cual le ha valido papeles como el del arcángel Gabriel en Constantine (2005). Un ejemplo más, en 2011,
Andréj Pejic, modelo masculino de origen bosnio, obtuvo el lugar 98 del listado
de las 100 mujeres más sexis según la revista para caballeros FHM. Su
androginia le ha permitido modelar para ropa masculina y femenina, e incluso llegó
hasta las pasarelas de Jean Paul Gaultier portando un traje de novia. Hoy en
día, los accesorios, la ropa y el maquillaje son elementos que pueden hacer que
cualquiera cambie radicalmente su aspecto. Sin embargo, una persona auténticamente
andrógina no tendrá la necesidad de acudir a tantos artilugios para mantenerse
en ese punto medio tan deseado por muchos en el mundo de la moda.
La androginia se divide en visual y psicológica;
una persona con aspecto andrógino no forzosamente será psicológicamente
andrógino y viceversa. Ejemplos claros de la androginia visual son los
descritos anteriormente. Por otro lado, Sandra L. Bem, Universidad de Cornell,
en la década de los 70 acuñó el concepto de “androginia psicológica”, la cual
es descrita como la adaptabilidad o flexibilidad comportamental que surge con
la integración de atributos definidos culturalmente como masculinos y femeninos.
Su investigación consistió en la elaboración de un
instrumento de medición llamado Inventario
de Rol Sexual de Bem, el cual clasifica a los individuos como masculinos,
femeninos, andróginos e indiferenciados. El inventario consiste en una serie de
ítems que pueden ser característicos masculinos (eructar), femeninos (llorar) y
neutros (leer); cada ítem recibe una calificación (1 al 7) según el grado de
confort que ocasiona el ítem en el individuo. Al final, el promedio de las
calificaciones de los ítems son los que determinan el grado de masculinidad o
femineidad de una persona y pueden clasificarse de la siguiente manera:
·
Femenino: Promedio femenino alto, promedio masculino bajo.
·
Masculino: Promedio masculino alto, promedio femenino bajo.
·
Andrógino: Promedio femenino alto, promedio masculino alto.
·
Indiferenciado: Promedio femenino bajo, promedio masculino bajo.
En sus investigaciones, Bem explica: “Los individuos con una tipificación sexual
muy marcada (femenino o masculino) se encuentran limitados en cuanto al rango
de comportamientos que se permiten llevar a cabo… esta restricción
comportamental se realiza mediante la represión de cualquier comportamiento que
pueda ser considerado como no deseable o inapropiado para su sexo… por otro
lado, la persona andrógina es el prototipo de salud mental, ya que no se
restringe sólo a los comportamientos asociados a sus sexo ”.
Aunque el
Inventario de Rol Sexual de Bem fue elaborado a finales de los años 70 y
evidentemente ha habido cambios significativos en cuanto a los roles
tradicionales, éste sigue vigente y es empleado por los especialistas de salud
mental alrededor del mundo, aunque adaptándose a la realidad social de cada
país en donde es empleado.
Desde que surgió el concepto “androginia
psicológica”, éste fue ligado a la idea de bienestar mental, esto no significa que tener una personalidad femenina, masculina, o
indiferenciada sea malo, al contrario, es tan solo una parte de todas las
características que poseemos y que nos hacen únicos. Mientras tanto, la
androginia psicológica nos enseña que es posible tomar lo mejor de ambos géneros.
Muy bien lo dijo Abraham Lincoln “Todos
los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son”.
Nota: Las presentes imágenes se
obtuvieron de la red. Si el autor de algunas de éstas fotografías está en
desacuerdo con el uso que provee en el blog, favor de anunciar su petición para
ser removidas de inmediato. Enviar solicitud a melissa.limon@interpress.com.mx
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