Por: Violeta Ese
Gordos o flacos, peludos o lampiños,
metrosexuales, deportistas o intelectuales, aunque cambie el material, todos
están cortados con la misma tijera. Para muchas mujeres, entender el pensamiento
masculino las puede hacer chocar con la locura en el camino hacia el razonamiento.
Entenderlos implica un largo proceso de
observación, análisis y experimentación que arroja como resultado que el hombre
tiene un funcionamiento tan simple como el de una tostadora (sin ofender). Sin
embargo, esa simplicidad provoca una lluvia de interpretaciones en la mente
femenina. Sí, esa mente maquiavélica acostumbrada a entender y enviar complejos
mensajes ocultos. Sí, esa mente versada en el arte de la manipulación.
Tanto trabajo nos cuesta entender que cuando
ellos dicen que “no pasa nada” es que no está pasando nada. A diferencia de
nosotras, la intención del hombre se encuentra explícita en su discurso, no hay
mensajes entre palabras ni intenciones ocultas, su vocabulario no está tergiversado.
Mientras que un “no” es un mar de posibilidades para nosotras, para ellos no es
más que una negación.
Esto también repercute en sus acciones, es
decir, si después de mucho tiempo te encuentras a uno de tus ex novios y trae
puesta la gorra que le regalaste en su cumpleaños ¡Ojo! No significa que siga
teniendo sentimientos románticos hacia ti y los exprese en silencio usándola,
significa que le gusta y ya. Esto nos da respuesta a la más tortuosa
interrogante de la mayoría de las mujeres después de conocer a un chico "¿por
qué no me ha llamado?". Mil y un pretextos válidos pasan por nuestras psiques
mientras tratamos de negar la cruel realidad: si no le interesas no te busca.
Por otro lado, si eres un objetivo que se ha
logrado (recuerda que ellos aún mantienen en su cerebro primitivo la cacería)
te convertirás en un propósito aburrido y sin quererlo alentarás su espíritu
aventurero para buscar una nueva presa. He ahí el gran error que muchas
cometemos: estar siempre disponibles. ¿La mejor solución? Decir de vez en
cuando “querido, no eres el centro de mi Universo”.
Los Simpson, en sus 24 temporadas, nos
dieron la clave del éxito con los hombres: cerveza, comida y un liguero. Estos
tres elementos cubren gran parte de sus necesidades básicas; no hay mejor
pretexto para ver a los amigos que la cerveza, los enamoras por el estómago y
los rematas en la alcoba. Sin embargo, para garantizar que sea algo más que una
relación fugaz, es importante compartir intereses como pareja, después de todo,
a ellos también les gusta platicar. Mantener su atención no es del todo
complicado, ahórrate las descripciones de los acontecimientos, sé concreta, si
a él le interesa saber los detalles, te los pedirá, antes no.
En el mundo masculino “el que no habla Dios
no lo oye”, por ello, di directamente lo que piensas y sientes. No importa qué
tan obvio sea para ti el mensaje, si no lo dices de forma concreta, pasará de
largo.
Ahora bien, podrías preguntarte, ¿por qué yo
tengo que hacerlo y él no? ¡Fácil! Tu condición de chica te brinda las
herramientas para ponerte a su nivel de comunicación, él, aunque lo intente,
fracasará porque no está diseñado para comprender el mundo de lo etéreo. ¡Aguas!
no significa que no tenga sentimientos, sólo que le cuesta más trabajo
conectarse con ellos.
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