Por: Flor Khaleesi
Hasta hace apenas unas décadas, las funciones del hombre y la mujer estaban muy bien definidas, pero también limitadas; ella se dedicaba a las labores del hogar, mientras él trabajaba todo el día para llegar a casa y ser atendido por su esposa; aquella esposa calmada y obediente siempre preparada para entregar su cuerpo ante el inminente instinto de su macho, cuyo “único” interés era procrear descendencia con la mujer que eligió como madre de sus hijos.
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Evidentemente, el
sexo de antaño era algo fácil para el hombre, no había que preguntar ni
esforzarse por dejar a la hembra satisfecha, su satisfacción no existía, hasta
que llegó la revolución sexual.
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A partir de 1950,
la liberación o revolución sexual hizo evidente las necesidades de las
mujeres, quienes se atrevieron a tomar el control de su cuerpo y sexualidad. Reclamaban
el placer que se les había negado ancestralmente.
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Pero, ¿qué pasa
con el hombre? Simplemente no entiende esta liberación combinada con
libertinaje y no siempre sabe interpretar lo que su ansiosa fémina desea
recibir de él.
Por difícil que
sea aceptarlo, el sexo no es todo en la vida, pero casi todo gira alrededor de
él. Muchas de las exigencias de ellas son simples, esperarán ávidas una
estimulación que vaya más allá de los genitales masculinos, pero nunca esperes
que te lo digan, la clave está en adivinar.
Si buscas tener
una dama rebosante de buen humor y que no tenga un "pero" en la boca, tendrás
algo de tarea que hacer:
Aprovecha la tecnología y sé picante. Envíale un mensaje
subidito de tono recordándole lo sensual que se veía en la última ocasión en
que tuvo la iniciativa y lo cachondo que te puso. Lograrás que te busque
con mayor frecuencia y con más ideas que te pondrán a tu máximo potencial.
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Sorpréndela. ¿A quién no le gustan las sorpresas? Tratándose de
mujeres, puede ser solución a casi cualquier problema y no necesariamente
implica hacer mucho trabajo o cubrir altos costos. Cáchala en la ducha, es un
momento ideal ya que se encuentra totalmente desnuda y relajada. Compartirán un
momento íntimo y sensual, además de dar variedad a la vida sexual.
De esta manera, ella sentirá que despierta tus deseos en cualquier momento y
situación.
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Juega en momentos poco apropiados. Hay momentos que
parecen estar exentos de provocar deseo, sin embargo, pueden ser la ocasión
perfecta para decirle que te encanta su cuerpo. Por ejemplo, cuando tu chica
esté en una llamada telefónica, llénala de suaves besos en su cuello y baja
lentamente hasta la excitante parte del escote. Tus manos pueden hacer un
excelente trabajo al tocar lentamente el contorno de sus muslos. Cuando esté
hablando con alguno de sus padres, esta situación se tornará más caliente.
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Enfócate en la satisfacción. Se cree
equivocadamente que la penetración es el punto más alto de una relación sexual,
y puede serlo, pero para los hombres, no así para las mujeres. Siete de cada
diez mujeres necesitan estimulación en el clítoris para llegar al orgasmo, pero
hay muchos otros puntos que la harán estallar. Recorrer todo su cuerpo con tus
manos, chupar sus senos y espalda lograrán que su cuerpo tenga sensaciones
maravillosas al mismo tiempo, preparándola para el punto máximo de éxtasis
al momento de la penetración.
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Las pelis porno se quedan cortas. Ver juntos una
peli porno funciona para ambos e indudablemente terminarán en una situación
donde la temperatura aumentará
considerablemente y tendrán imágenes en la cabeza que querrán llevar a cabo.
Recuerda, si desconfías en cómo responda ella ante desafiante propuesta, la
clave está en no preguntar, sólo afirma lo que quieres hacer.
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Nueve más uno igual a excelencia. Si realmente
quieres ser un seductor de primer nivel, hay que estudiar un poquito, no todo
es instinto. Los primeros dos centímetros de la vagina están dotados de mucha
sensibilidad. Al momento de penetrar, céntrate en esta parte haciendo nueve
penetraciones superficiales y por último una profunda. Lo primero que sentirás
son las contracciones de su vagina sobre tu pene, lo cual te dejará muy alegre.
O bien, el sexo oral le encantará, antes de contar 30 segundos, cambia tu
lengua a la zona del clítoris e introduce tus dedos índice y medio para
estimular los dos centímetros mágicos.
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Escucha lo que dice. Una mujer siempre dirá lo que quiere, pero de forma
indirecta. Si menciona que le gustó un conjunto de lencería es porque quiere
que se lo compres, si dice que le encantaría un baño de burbujas en un jacuzzi,
su principal deseo es que la lleves a un lugar con dichas cualidades. El primer
beneficiado serás tú.
Ser un excelente
amante no es cosa del otro mundo, sólo falta poner atención y atreverse a hacer
un poco más. ¡Sácale jugo a la liberación sexual!
nota: Las presentes imágenes se obtuvieron de la
red. Si el autor de algunas de éstas fotografías está en desacuerdo con el uso
que provee en el blog, favor de anunciar su petición para ser removidas de
inmediato. Enviar solicitud a melissa.limon@interpress.mx
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